OGRO
Aunque siempre se ha considerado al ogro un híbrido entre los humanos y los orcos, cada más más amenudo se le incluye en este segundo grupo (donde le acompañaría orcos, trolls, goblins y duendes).
Su aspecto tosco y desagradable aunado con su mal carácter y su violento temperamento han hecho de los ogros una criatura tan repugnante a los ojos de los humanos que no merece respirar el mismo aire que ellos.
A menudo solitarios, erigen sus casas en el interior de los bosques y con frecuencia raptan o devoran viajeros perdidos, especialmente niños.
A pesar de su ferocidad, no son especialmente inteligentes, por lo que brujos, cazadores y mercenarios no encuentran problema en tenderles trampas para darles caza.
Por muy deshonesto que pueda resultar el ataque, en muchas ocasiones una confrontación directa podría ser un suicidio.