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HOMÚNCULO

Un homúnculo es un ser diminuto creado artificialmente en un laboratorio. Tienen el aspecto de un humano en miniatura, aunque a veces pueden mostrar increíbles variaciones.

 

Durante el ritual, el creador necesita habitualmente añadir su propio material genético (como sangre, o algún trozo de piel) para obtener de resultado un clon casi idéntico a su creador pero de unas dos pulgadas de altura.

 

El principal objetivo de un homúnculo es servir de ayudante en el laboratorio o como sirviente, aunque a veces las fuerzas militares encargan a los alquimistas la creación de homúnculos como espías y mensajeros. 

 

Debido a que los homúnculos tan sólo necesitan dormir un par de horas al día, son unos excelentes guardianes. De todos modos, su carácter travieso y patoso a menudo les convierte más en un estorbo que en una ayuda.

 

 

La relación creador-homúnculo es muy estrecha y una gran empatía mutua les permite saber si su compañero está triste, contento, enfermo o furioso. Incluso se llega a desarrollar cierto grado de telepatía.

El homúnculo está destinado a proteger y servir con su vida a su creador y podría llegar a morir en el caso que el creador pereciera.

Su personalidad es muy parecida a la de su creador, por lo que si el alquimista es benevolente o taimado, valiente o cargante, el homúnculo también lo será.

Los homúnculos no siempre son necesariamente humanos pequeñitos. En algunas ocasiones los alquimistas añaden diferentes ingredientes y materiales genéticos para obtener un homúnculo con cualidades extraordinarias.

Los pequeños seres resultantes son igualmente útiles y, además, pueden hacer trabajos que un homúnculo con cuerpo de hombrecillo no podría llevar a cabo. Mientras que algunos son creados con cuerpos ágiles para ser capaces de subirse a un árbol en pocos instantes, otros pueden tener alas o, incluso, sensibilidad mágica, lo que haría que algunos de ellos terminasen teniendo la apariencia de un duendecillo.

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