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ARCONTE

Los arcontes, ángeles o seraphines son humanoides andróginos alados que desde siglos se consideran protectores de los hombres.

 

Curiosamente, aunque es un gran secreto para la mayor parte de la población, el origen de estos bellos seres es demoniaco. Los arcontes pertenecen a la rama de la luz de los demonios, pero si esto fuera conocido por el populacho podría acabar desencadenando un genocidio.

Poco o nada se conoce del lugar donde habitan los arcontes. Tan sólo se sabe que en ocasiones de necesidad descienden del cielo batiendo sus alas blancas, dispuestos a proteger a los débiles e impartir justicia.

Se cree que lo ángeles fueron en su día humanos o elfos que tras muchos méritos ganaron sus alas.

El sueño de todo paladín es hacer suficientes hazañas como para obtener sus alas y transformarse en un arconte. Sin embargo, poco se sabe de quién o quiénes son aquellos que convierten a los humanos y elfos en arcontes.

A pesar de que siempre se ha dicho que los arcontes son andróginos, se cree que tan sólo los arcontes originales lo son, ya que en muchas ocasiones se puede distinguir con facilidad el sexo de una de estas criaturas con un solo vistazo.

Muchos sueñan con poder yacer con uno de ellos debido a su gran belleza, pero es bien sabido que los arcontes llevan el celibato a rajatabla.

Se dice que no necesariamente un paladín puede convertirse en arconte y que todos aquellos que mueran con honor por una causa justa serán resucitados como arcontes.

Las leyendas hablan de cómo según va pasando el tiempo desde su creación, un arconte va perdiendo sus rasgos originales (como el vello, cicatrices, malformaciones) y su cuerpo empieza a cambiar camino de una armonía absoluta.

Sin embargo, no todos los arcontes son necesariamente buenos. Aquellos que corrompieron su alma se conocen como arcontes caídos.

Aunque en sus orígenes fueron iguales que los otros, cambiaron su elemento, la luz, por otro de los otros elementos demoniacos (generalmente, fuego u oscuridad). Se dice que estos seres pueden llegar a ser los más crueles y malévolos de los demonios y que sus fines son precisamente los contrarios al de los arcontes normales.

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