ERKAN
Los erkans son una raza nueva que lleva menos de un siglo sobre la faz de la tierra. Se dice que cuando una cría de dragón y un humanoide establecen un lazo mágico-afectivo, ambos comienzan a adquirir atributos del otro a medida que ese lazo se va fortaleciendo.
El humanoide comenzará a experimentar cambios, que irán desde el afinamiento de sus sentidos (vista, olfato, tacto, oído y gusto superdesarrollados) a un aumento progresivo de sus capacidades, como una gran fuerza y agilidad.
Asimismo, y al igual que los homúnculos, los erkans desarrollan con su dragón un vínculo telepático que no sólo les permite comunicarse entre ellos, sino que les da la oportunidad de experimentar las sensaciones y emociones que experimenta su compañero instantáneamente.
Sin embargo, sus cualidades no acaban ahí, sino que con el tiempo el erkan termina adquiriendo ciertas habilidades mágicas propias de los dragones tan desconcertantes como increíbles.
Existieron diez grandes erkans en la historia, liderados por Ihanden de Flême.
Fueron guerreros que pusieron sus espadas al servicio de la justicia y fueron aclamados en todo el mundo conocido por sus grandes hazañas.
Sin embargo, ocurrió lo inevitable. Su origen demoniaco (se cree que se podrían incluir en la rama de las bestias) les hizo corromperse y tuvieron que ser perseguidos y ajusticiados.
La habilidad más enigmática y representativa de los erkans es que eran capaces de cubrir sus cuerpos de escamas y transformarse en el erkan propiamente dicho.
Las escamas eran del color de sus dragones y varias fuentes afirman que también aparecían en su frente cuernos negros y alas de murciélago a sus espaldas... lo que nos inclina a pensar en la imagen de un íncubo o un súcubo, confirmando tristemente el origen de los erkans.
Se dice que una vez transformados eran unas criaturas tan ágiles que eran prácticamente inabatibles. También se les atribuyen otras facultades, como el hipnotismo y el dominio de conjuros de destrucción.