LEÓNIDA
Las leónidas son, desde hace siglos, una de las calamidades más odiadas y temidas por los humanos.
Son bellísimas jóvenes de piel morena y ojos verdes esmeralda que son capaces de transformarse en enormes felinos en apenas un pestañeo. Físicamente, son como elfas morenas.
Están emparentadas con las sirenas y muchos las consideran sus primas terrestres. Las leónidas cantan con su irresistible voz para atraer a los varones, luego les llevan a lo profundo del bosque y se transforman en leopardos para devorarles.
A pesar de que comparten la longevidad de los elfos, las leónidas maduran rápidamente. En cuestión de cinco años un bebé alcanza la adolescencia y ocupa su lugar en la manada.
Las niñas y adolescentes resultan igual de peligrosas que las adultas y ningún hombre, enano o elfo es capaz de resistirse a sus cánticos y sus verdes ojos.
Para las leónidas el color blanco es sagrado, y a menudo llevan vestidos de ese color.
Adornan sus pieles con tatuajes y pinturas tribales. Las plumas también son un elemento sagrado para las leónidas y las cazadoras pueden llevar hasta dos plumas como máximo en señal de su estatus social.
Con frecuencia muchos supuestos avistamientos de selkies que se convierten en humanas para tomar el sol en las rocas son en realidad avistamientos de leónidas.
Mientras que las selkies reaccionarán con miedo ante la presencia humana y se pondrán su piel para escapar, las leónidas podrían considerar el encuentro una oportunidad fantástica para llevarse algo a la boca.
La sociedad leónida es matriarcal y las hembras se encuentran en un eslabón social muchísimo más elevado que los machos.
Los machos de las leónidas reciben el nombre de huk (aunque los elfos les llaman "elfos sucios") y no comparten la habilidad de transmutarse de sus mujeres e hijas.
Con mucho esfuerzo y valía un huk puede llegar a convertirse en cazador y alcanzar el título de "Neruana" (hermano de manada).
La tribu leónida es una sociedad fuertemente estamentada.
Entre las leónidas el puesto más bajo lo ocupan las cazadoras, que pueden transformarse en leopardos, panteras o pumas. A continuación las guerreras, capaces de transformarse en temibles dientes de sable. Por último Las Blancas, que son el equivalente a la realeza en otras culturas, se transforman en feroces tigres blancos.